Torola se encuentra en el departamento de Morazán, al este de El Salvador, una zona rural marcada por altos niveles de pobreza.
La economía local depende principalmente de la agricultura, especialmente del cultivo de granos básicos, café y henequén (una planta de la que se extraen fibras para usos diversos), y también de la producción artesanal de sombreros, objetos de tule y conservas, pero muchas familias siguen viviendo en situación de gran vulnerabilidad.
Menos de la mitad de la población de Torola tiene agua en casa. Aunque cuentan con fuentes propias, estas no son suficientes, y los efectos del cambio climático, como la disminución de las lluvias, empiezan a sentirse. Sin embargo, la falta de información hace que no se tomen medidas para adaptarse o prevenir sus consecuencias.
Ante la ausencia del Estado, la propia comunidad ha tenido que organizarse para crear y mantener, con sus propios medios, sistemas de abastecimiento de agua. Lo gestionan de forma voluntaria y autodidacta, sin apenas apoyo institucional.
Hoy, además, se enfrentan a nuevos riesgos: la contaminación de los acuíferos por residuos y productos químicos, la mala gestión de los desechos y la deforestación amenazan la disponibilidad y la calidad del agua, agravando aún más la situación.
Garantizar el acceso equitativo al agua potable representa un desafío urgente.
El objetivo es asegurar un acceso justo, suficiente y seguro al agua potable para toda la población involucrada. Y lo estamos haciendo de forma participativa, promoviendo que la propia comunidad lidere las decisiones y se apropie del proceso de mejora.
Para enfrentar este reto, Farmamundi y la Asociación Salvadoreña para la Promoción de la Salud (ASPS) están trabajando junto a 2.473 personas, de las cuales 1.211 son mujeres.
Este esfuerzo se lleva a cabo a través de una colaboración activa entre las comunidades organizadas, el gobierno municipal y diversas instituciones estatales, incluida la red de salud.
Una de las organizaciones comunitarias que participan son las Asociaciones de Desarrollo Comunal (ADESCOS), reconocidas legalmente en El Salvador. Están formadas por vecinas y vecinos que trabajan junto a alcaldías, ONG y otras entidades para resolver necesidades locales y mejorar las condiciones de vida de la población.
¿Cómo lo hacemos?
Historias de cambio
Te presentamos testimonios de personas dispuestas a cambiar su historia y la de su comunidad.
«La falta de agua nos afecta en que nos exponemos más a enfermedades»
María Gladis Portillo es una vecina activa de la comunidad de El Portillo, madre de familia y tesorera de la Asociación de Desarrollo Comunitario (ADESCO).
«Desde la Junta del Agua trabajamos para entender la problemática»
José Vicente Interiano Vilanueva es padre de familia y lidera la Junta administradora del Sistema de Agua Comunitario de El Portillo.
«Da alegría ver cómo la comunidad se apoya»
Ana Silvia Sánchez vive en Ojo de Agua, en el cantón Agua Zarca, y trabaja en la Unidad Ambiental del Distrito de Torola.
«Ya no tenemos que andarla buscando de un lugar a otro»
María Lucía Cisneros vive en la comunidad El Portillo junto con su familia.
Materiales para el aula
Trabaja ‘Más allá de nuestra salud’ con tu alumnado y fomenta el debate sobre la salud global y la defensa de los derechos humanos.
El proyecto «Garantizar el acceso equitativo al agua potable fortaleciendo la participación comunitaria en la gestión local de los recursos hídricos desde un enfoque ambiental sostenible en el municipio de Torola del departamento de Morazán» con expediente CD/20/2023 ha sido posible gracias al impulso de la Junta de Castilla y León.